El consentimiento es cuando las parejas deciden participar en actividades sexuales de acuerdo mutuo. El consentimiento debe ser comunicado claramente mediante afirmación verbal, para comprender y respetar los límites del otro.

El consentimiento no puede ser otorgado por personas menores de edad, incapacitadas por drogas o alcohol, dormidas o inconscientes. El consentimiento tampoco puede darse bajo intimidación, amenaza, ni dinámica de poder desigual.

El abuso sexual es un término utilizado para referirse a una amplia gama de agresiones, incluyendo violación, intento de violación, agresión sexual, incesto, acoso sexual, violación conyugal y violación estatutaria. Es importante recordar que la agresión sexual NO es sexo. Es un delito en el que se utiliza el sexo como arma. Es un acto de hostilidad y agresión para controlar, dominar, humillar y degradar a la víctima. La agresión sexual es un acto de contacto o penetración sexual forzada u obligada con una persona que no quiere participar. Aunque en el pasado pueda haber habido contacto sexual, esto no constituye un consentimiento continuo. El consentimiento se puede retirar en cualquier momento.

De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades, la violencia sexual «se refiere a la actividad sexual en la que el consentimiento no se obtiene o no se da libremente». Esta violencia comúnmente es cometida por alguien que el sobreviviente ya conoce. La agresión/abuso sexual puede sucederle a cualquiera, independientemente de su género, edad, orientación sexual o capacidades. Es un problema generalizado: 1 de cada 3 mujeres, 1 de cada 4 hombres y 1 de cada 2 personas trans sufren violencia sexual en su vida.

Independientemente de la situación específica, la violencia sexual nunca es culpa del sobreviviente.
Cada sobreviviente tiene una experiencia y una respuesta diferente al trauma por el que pasó, y cada reacción es completamente normal y válida. Obtenga más información de algunas preguntas comunes que los sobrevivientes pueden tener.